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Los cristales naturales son acumuladores de energía solar. Es decir, su naturaleza es absorber la energía del medio ambiente (radiaciones solares, radiación telúrica, etc.) y guardarla o acumularla como si de pilas recargables se tratara.
Al pulir las piedras, se convierten en condensadores de energía, o lo que es lo mismo, su capacidad para acumular o emitir la energía aumenta, Y si además están facetadas, convierten la luz dispersa en haces de luz.

Cuando las piedras entran en contacto con la piel del ser humano, comienzan, a ceder la energía acumulada o condensada transmitiéndola al interior del cuerpo produciendo diferentes efectos terapéuticos.
Dependiendo de la composición de los cuarzos, su color varía, y por tanto el tipo de energía de la piedra. Estos cuarzos se montan sobre estructuras de acrílico o cristal tallado para darles una forma específica y así lograr un sentido y un movimiento concreto de la energía del mineral, constituyendo las Unidades de cristaloterapia:
•   Si se montan en vidrio o cristal comercial: los cristales comerciales se seleccionan de vidrio flotado de 6 y 9 mm de espesor, se cortan en diferentes medidas, y se trabajan de la siguiente forma: se graban figuras geométricas en bajo relieve con arenas sílicas, por uno o ambos lados, buscando una acción específica a través de las formas. Posteriormente, los cristales se preparan sumergiéndolos en una solución especial, que ha sido sometida a la acción de campos electromagnéticos y descargas de efluvios eléctricos, con el objeto de procesar el cristal y hacerlo compatible con la energía de piedras naturales tales como: cuarzos, ópalos, granates, topacios, obsidiana, etc.
•   Si se montan sobre acrílicos: los acrílicos se utilizan para ordenar algunas piedras en un diseño geométrico determinado. Los acrílicos sostienen las piedras, sin interferir con sus cargas energéticas.

El tamaño de la piedra natural también es determinante en el efecto que produce en el organismo, ya que a mayor tamaño de cada fragmento de la piedra, mayor profundidad de trabajo dentro del cuerpo.

Así, teniendo en cuenta estos factores, superficie, color, forma, y tamaño, se determinan los tiempos de exposición para cada unidad de cuarzo, dependiendo del trabajo que queramos producir.

Antes de prescribir la cristaloterapia, el médico o terapeuta deberá volver a leer todas las indicaciones de Unidad que desee utilizar, para saber si el efecto esperado se puede obtener o no. Al mismo tiempo, es imprescindible que se tomen en cuenta las contraindicaciones anotadas.